“Estén abiertos a las oportunidades que se les presenten. Sigan aprendiendo, aprendan algo nuevo cada día… el miedo viene de la falta de conocimiento. Pueden apagar ese miedo aprendiendo”.
Kathleen Merrill
Mientras trabajaba como enfermera de trauma en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en Chicago, Kate Merrill sintió la perturbación constante de otra llamada de vida: vender galletas. Sin ningún tipo de capacitación formal en panadería o negocios, Kate pasó un par de años aprendiendo lo básico y experimentando. Empezó horneando su producto en una cocina compartida y vendía al por mayor y en mercados de productores agrícolas con la etiqueta Kate’s Cookies. Sus productos pronto ganaron terreno, pero haciendo malabares con su trabajo, sus tres hijos y su empresa en crecimiento, supo que necesitaba un espacio y un plan a más largo plazo.
Después de mucho examen de conciencia e incluso algo de estímulo de su concejal, Kate decidió abrir una panadería tradicional en su vecindario local de Edgewater. En 2017, Kate dejó su cargo como enfermera y abrió Edge of Sweetness, convirtiéndose en propietaria de una empresa pequeña a tiempo completo.
En el hospital, Kate sabía cómo hacer que la gente se sintiera mejor a través de la interacción personal y quería llevar eso a su comunidad. Incorporó directamente su estilo de enfermería en su panadería, siempre teniendo un toque personal y tratando a sus clientes con sensibilidad.
En Edge of Sweetness, todo está hecho desde cero y la calidad brilla en los productos terminados. Kate espera que al disfrutar de uno de sus deliciosos rollos de canela o bagels, los clientes puedan tomarse un momento para atesorar las bondades de la vida. Especialmente ahora, con los múltiples desafíos del año 2020, Kate descubre que tomarse el tiempo para apreciar las cosas buenas de la vida es muy importante.
Cuando la crisis de la COVID-19 golpeó a principios de este año, Kate tomó la difícil decisión de cerrar completamente las operaciones. Se sintió muy comprometida con la protección de su equipo y sus clientes y respondió a la llamada para volver a la atención médica y ayudar a luchar contra el virus como enfermera. Con las facturas de la panadería acumulándose desde marzo y abril, Kate solicitó varias oportunidades de financiamiento de emergencia. Al recibir el préstamo de Small Business Resiliency Fund de la ciudad de Chicago a través de Allies for Community Business, Kate pudo ponerse al día con sus facturas y mantener la empresa a flote. Los fondos de emergencia también la ayudaron a trabajar en reorientar la actividad principal de la empresa para enfrentar los desafíos del momento.
Para los propietarios de pequeñas empresas aspirantes, Kate compartió un último consejo: “Estén abiertos a las oportunidades que se les presenten. Sigan aprendiendo, aprendan algo nuevo cada día… el miedo viene de la falta de conocimiento. Pueden apagar ese miedo aprendiendo”.